lunes, 21 de octubre de 2019

PREVENCIÓN PRIMARIA DE LAS ITS


En cuanto hablamos de prevención, debemos de saber que la OMS habla de 3 niveles de prevención; primaria, secundaria y terciaria. La prevención primaria evita la transmisión de la infección en los grupos de riesgo. La prevención secundaria permite detectar la infección de forma precoz y de tal forma implantar medidas adecuadas e inmediatas. La prevención terciaria se trata del tratamiento propiamente dicho de la enfermedad, una vez manifestada. En este post nos centraremos en la primera de ellas:
Sobre la prevención primaria, es importante centrarnos en los adolescentes y en la etapa adulta temprana, por ser las edades en las que empiezan las relaciones sexuales y aparece una mayor promiscuidad.
En estos grupos de riesgo, con el fin de reducir la probabilidad de contraer una ITS o ETS (infección o enfermedad por transmisión sexual), debería de llevarse a cabo una abstinencia o monogamia estricta, pero estas medidas no son muy atractivas entre la población joven, por lo que propondremos otras medidas de prevención. 
Por ejemplo, mantener relaciones sexuales seguras deberíamos conocer a las parejas sexuales y limitar el número de relaciones, pues cuantas más parejas sexuales diferentes, mayor es la probabilidad de que alguna de ellas sea portadora de una enfermedad de transmisión sexual; a su vez debemos de utilizar el condón tanto para sexo vaginal, oral como anal y no poner excusas como: “resta placer”, “no es lo mismo”, “me es incomodo”, “esta noche no me lo traje”, porque por una excusa como esta podemos volver a casa con una infección; también deberíamos de evitar las prácticas sexuales que puedan provocar laceraciones pues así se aumenta en gran medida la probabilidad de contraer la enfermedad. Por otra parte hay vacunas para algunas de las enfermedades de transmisión sexual como la hepatitis B y el virus del papiloma humano.
Afortunadamente, hay estudios que certifican que la utilización de videos interactivos, charlas y programas en los institutos reduce la promiscuidad y las relaciones de riesgo entre los adolescentes, de tal modo que también se reduce la transmisión de este tipo de enfermedades. 
En caso de que se produzca una relación sexual de riesgo y tengamos dudas de poder haber contraído una ITS, debemos realizar un test que detecte este tipo de enfermedades. 
Y es en este momento cuando comenzaría la prevención secundaria.

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