Las convulsiones tienen lugar cuando se produce una alteración en los impulsos eléctricos del cerebro, afectando temporalmente a su normal funcionamiento. El electroencefalograma es la prueba que se usa para diagnosticar este tipo de trastorno.
Cuando se produce una de estas crisis, los niños sufren unos síntomas comunes como sacudidas del cuerpo o de alguna parte. Sin embargo, los bebés mastican involuntariamente o muerdes los labios. Ante estas situaciones, los padres deben protegerlos evitando objetos que les puedan causar daños durante las crisis.
Hablamos de epilepsia como un trastorno no específico, en el que se producen numerosos episodios de convulsiones.
Causas de las convulsiones
En los recién nacidos hay varias causas: un problema a nivel de metabolismo que puede ser temporal, enfermedades hereditarias que se producen por mutación de un gen, el consumo de ciertos medicamentos durante el embarazo o incluso trastornos graves como una malformación cerebral.
Tratamiento
Para poder tratar las convulsiones en niños y bebés, principalmente se centran en la causa de estas. Dependiendo de cual sea el causante, se utilizarán unas medidas u otras, que serán pautadas y estudiadas por el médico. Pero también se utilizan medidas que reducen las lesiones y anticonvulsivos.
- Medidas para reducir lesiones: acostar al niño sobre un lado y alejarlo de cualquier objeto peligroso. Cuando finalice la crisis, esperar hasta que se recupere por completo, mirar si respira, no darle ningún alimento o bebida y comprobar que no tiene fiebre. En caso de tenerla, hay que tratarla. Cuando es la primera vez que se producen convulsiones, el niño deberá ingresar en el hospital, y en caso de que duren más de 5-10 minutos se deberá llamar a la ambulancia y el médico actuará para poner fin a la crisis.
- Anticonvulsivos: el uso de estos dependerá de la causa de las convulsiones, de su gravedad y del resultado del electroencefalograma.
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