Hay un falso mito que dice que al envejecer la cantidad de líquido necesario para el cuerpo disminuye. Sin embargo, lo que sucede es que nuestro cuerpo va perdiendo la capacidad de sentir sed en respuesta a esa falta de líquido. Por eso, un golpe de calor o una deshidratación sería más grave en una persona de la tercera edad.
¿Qué hay que hacer para evitar la deshidratación?
La dieta mediterránea es un buen ejemplo en este caso. Al aportar a nuestro organismo más frutas y verduras, el aporte de agua también aumentará.
Consejos para los familiares
El papel de la familia es muy importante, sobre todo en aquellas personas con problemas de memoria, porque no recuerdan cuando bebieron por última vez, o en las que tienen limitaciones físicas y no pueden obtener líquidos sin ayuda. Prestar atención a la ingesta de líquidos que hace la persona mayor o introducir zumos de frutas o refrescos en la dieta ayudan a aumentar el aporte.
Algunos síntomas de la deshidratación
Sequedad en las axilas y en la boca, disminución del grado de consciencia y tersura de la piel, ojos hundidos y aumento del tiempo de llenado capilar.
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